Afrontar las situaciones. Elefantes y paisajes


¿En que se parece un elefante y un cuadro de un paisaje? Realmente en nada, salvo que son el centro de los ejemplos que pongo en terapia sobre el aprendizaje y el avance terapéutico.

 

En cuanto al elefante, el ejemplo es claro y conocido, cuando pregunto sobre cómo te comerías un elefante. En general la respuesta es la conocida, a trocitos.

 

Efectivamente, para afrontar cualquier objetivo de importancia, es necesario dividirlo en diferentes trozos o etapas que nos lleven paso a paso al resultado esperado. En caso contrario estaríamos empachados y agobiados en poco tiempo.

 

En cuanto al cuadro, suelo preguntar sobre cómo pintarías un paisaje con montañas, árboles, flores etc… La respuesta es variada, pero en general me dicen que es muy difícil y que nunca lograrán hacerlo.

 

Mi respuesta es que al igual que el elefante hay que hacerlo a trozos. Recuerdo la técnica aplicada en la escuela, en la que dividíamos en cuadrículas el cuadro convirtiéndolo en 16 (4x4) cuadrículas más pequeñas, y por tanto más fáciles de pintar. Normalmente empezamos a pintar la cuadrícula más sencilla, y seguir poco a poco, para que al final tengamos nuestro paisaje pintado.

 

La idea es la misma, los problemas por muy grandes que los veamos hay que afrontarlos directamente, pero en porciones que seamos capaces de manejar. Al final, la suma de las porciones supone la mejora del rendimiento personal, la mejora en el trastorno, etc… 

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