Fabuladores y predadores en la empresa


Hay un tipo de personas, que podemos encontrarlos en la vida laboral, pero también en la vida de familia, de amigos y de compañeros de universidad, que son verdaderos animales predadores. Son asesinos de las personas que se encuentran a su alrededor y venenosos en sus contactos. Constantemente están buscando la forma de destruir la reputación de los que les rodean. Les da igual los daños colaterales que puedan causar, con tal de salirse con la suya. No miden el impacto y las consecuencias de lo que están diciendo o haciendo. Son persistentes e inasequibles al desaliento buscando en los otros el más mínimo fallo para la crítica. Independientemente que el fallo sea real o inventado, este es agrandado, exagerado, exacerbado y sacado de contexto hasta dimensiones ridículas y poco creíbles, pero que, a fuerza de repetirse, crea la duda en quien lo escucha sobre su posible verosimilitud.

 

Los predadores de los que hablamos son egocéntricos, sólo les importa alcanzar su objetivo, y por esto, suelen ser despiadados y metódicos hasta la perversión para obtener resultados, no teniendo ningún reparo en mentir, engañar o robar para ello. Suelen seleccionar a sus presas de forma emocional, no es un proceso racional razonada. Las eligen, bien porque interpretan que una persona le ha ofendido o tratado de ofender, o porque piensen que son una amenaza en la lucha de poder, posición, atención o prestigio dentro de la empresa o el círculo social donde se encuentren. El predador, a pesar de su comportamiento hostil y agresivo, tienen una autoestima débil, que le hace sentirse amenazado con facilidad ya que su mayor y quizá único alimento sea la atención, reconocimiento y adulación de los demás, que necesitan para sentirse bien. Por este motivo, si no tienen de lo que pavonearse para recibir la admiración de los que le rodean, intentan denigrar y atacar a que aquellas personas de su alrededor, lo cuales, si tienen de que sentirse orgullosos, para que no le hagan sombra.

 

Ahora bien, si sirves para conseguir sus objetivos, los predadores pueden resultar ser encantadores y amables, y dar la sensación de que te cuidan.  Pero, de igual forma, al instante posterior, y dependiendo de cuando les interese, pueden atacarte por la espalda y clavarte un cuchillo. Y aunque digo cuchillo de forma figurada, realmente los rumores maliciosos que lanzan hacen más daño y de forma más duradera que una cuchillada real. Tratan de desprestigiar y sabotear con entusiasmo el trabajo y la conducta de los demás con entusiasmo.

 

Esto no quiere decir que no conozcan bien su profesión, o que no trabajen mucho y bien o incluso que progresen en su trabajo o en su vida. El problema es que no disfrutan de sus éxitos o de su buena situación o posición profesional, personal o familiar, si no lo hacen en un contexto de fracaso de los otros, o a no ser que todos reconozcan que la mayoría del éxito es suyo y la participación de los demás es residual. Por esto, estar trabajando con los predadores haces que no quieras alcanzar el existo ya que serás objeto de sus difamaciones, o tendrás que asumir que el predador sea quien reciba las felicitaciones. Del mismo modo, si el predador no recibe el mérito del éxito, y no puedes destruirte o minorarlo, intentará que el éxito sea achacado a otra persona de la que no se sienta amenazada o considere que puede controlar.

 

Como se puede ver el trato con los predadores es muy complicado, ya que siempre hay que estar alerta. Nunca sabrás si está diciendo la verdad o actúa, si es amable porque está intentando conseguir algo de ti o te va a clavar el puñal por la espalda. Realmente este tipo de personas no saben relacionarse de una forma diferente con su entorno. Son tan egocéntricos y narcisistas, que en ningún momento se plantean ninguna duda de que esta sea la forma de relacionarse con su entorno.

 

Paradójicamente, a veces podemos encontrar comportamientos, que aparentemente, no encajan en el perfil intrigante y malicioso que hemos definido hasta ahora. A veces, su comportamiento se ajusta al de un niño pequeño, por su componente narcisista, ya que se aísla y deja de hablar. La rabieta y manipulación le hace que amenace con no comer o con no respirar o lanzarse por la ventana. No os dejéis engañar, esta actitud pasivo-agresiva no es más que otra forma de llamar la atención, seguro que intentando desviarla de otro foco de atención que le amenaza.

 

Si el depredador es vuestro jefe, no os con la perfección que os pide, ya que nunca será suficiente y en todo caso intentará conseguir las mieles del éxito. Debéis concentraros en hacer bien el trabajo, sin que le podáis hacer sobra o sentirse amenazado. Debéis ser siempre conscientes que tendrá siempre dobles intenciones en lo que diga, sobre todo si es bueno y del mismo modo cuidad lo que decir de otras personas de vuestra organización, ya que como dicen en las películas, todo lo que digáis podrá ser utilizado en vuestra contra o en la contra de las personas de las que habláis. Pensad que lo mejor es no decir nada sobre alguien, que no podríais repetirlo delante de este alguien.

 

Si el predador es un colega, transmite la información imprescindible y guarda para ti cualquier tipo de información confidencial tuya o cualquier información que pueda hacerte daño personalmente.

 

De forma personal, y para afrontar una situación en la que nos convirtamos en presa de un predador, debemos tener en cuenta que lo que nos hace daño psicológica y emocionalmente, es el valor que demos a los comentarios que hace. Que si le damos el poder de que nos haga sentir mal, nos sentiremos mal y no podremos actuar para modificar la situación que nos afecta, y que di le damos el poder, estamos jugando a lo que quiere y le estamos haciendo ganar.

 

Para contrarrestar a los predadores hay que actuar de tal forma que hagamos nuestro trabajo correctamente pero que no se sienta amenazado, para que muestre sólo su lado amable. Esto es muy complicado, y sólo puede hacerse algunas veces ya que no vamos a ser mediocres cuando podemos tener éxito sólo para que el predador se sienta bien.

 

En los casos en los que empiece el ataque contra tu trabajo o contra ti, debemos no darle el poder de que no haga sentir mal, debemos gestionar las emociones que nos produce y desenmascarar sus mentiras y bulos. Ese será el mejor antídoto para el veneno que nos lance. En todo caso, manejando las emociones que nos provoca para actuar de forma racional. Manteniendo nuestra postura y fuerza con el fin de que el predador, igual que en la naturaleza el león, pensará que es más el esfuerzo que se requiere vencer que los beneficios que puede obtener y vaya a por otra presa. En todo caso, hay que tener en cuenta que su actitud es emocional y no racional, y que seguirá insistiendo en el ataque de forma visceral.

 

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